Cómo mejorar la postura y su función pulmonar si tiene pectus excavatum
Cómo mejorar la postura y su función pulmonar si tiene pectus excavatum
El pectus excavatum es una de las deformidades más frecuentes de la caja torácica. Se suele dar más en niños que en niñas. La cirugía se plantea cuando el hundimiento del esternón es severo y ocasiona complicaciones cardíacas y pulmonares. Si no es así, y la apariencia estética no supone un problema, hay técnicas de fisioterapia respiratoria que le ayudarán a expandir los pulmones para mejorar la entrada de aire y conseguir una postura más erguida.
¿Por qué se produce el pectus excavatum y en qué consiste?
Se trata de una malformación genética que afecta al correcto crecimiento de los cartílagos costales que unen las costillas superiores con el esternón.
Como consecuencia del daño en dichos cartílagos, la parte superior del tórax crece de manera anormal, es decir, con el pecho hacia dentro.
Por norma general, a medida que el tórax va creciendo las costillas y el esternón salen hacia fuera. Pero en el pectus excavatum, el esternón se hunde hacia la columna, formando un hueco en el pecho. Por eso, esta afección también se llama pecho en embudo o pecho hundido.
Al tratarse de una enfermedad genética, está presente desde el nacimiento. Sin embargo, en la mayoría de los casos no se hace visible hasta los primeros años de vida, o incluso, hasta la adolescencia. Con la edad, los síntomas suelen empeorar.
¿Es solo un problema estético o genera otras complicaciones?
El pectus excavatum no es solo un problema estético. En los casos más graves, la profunda hendidura puede hacer que el esternón y las costillas ejerzan una mayor presión sobre el corazón o los pulmones, y origine:
- Disminución de la capacidad pulmonar.
- Desplazamiento del corazón.
- Problemas al hacer ejercicio, como fatiga respiratoria o dolor de pecho.
- Frecuencia cardíaca rápida o palpitaciones.
- Infecciones respiratorias frecuentes.
¿Cuál es el tratamiento para el pectus excavatum?
Se puede tratar con cirugía, pero solo se realiza cuando los síntomas son moderados o graves, y pueden ocasionar problemas de salud importantes al paciente.
Hay dos tipos de intervenciones.
Una menos invasiva que solo requiere incisiones pequeñas de bajo del pecho, por donde se introducen unas barras para levantar el esternón, y a los 2 o 3 años se retiran.
La otra requiere de una incisión más profunda en el centro del pecho para retirar el cartílago deformado y recolocar el esternón en mejor posición. En este caso, los soportes utilizados se retiran a los 6 o 12 meses. La cicatriz es más visible que en el otro procedimiento.
Sin embargo, hay personas cuyos síntomas son leves, no quieren operarse o no tienen pautada cirugía, pero quieren mejorar su capacidad pulmonar y prevenir futuros problemas de deformidad física.
Técnicas de respiración y ejercicios adaptados para ayudar a mejorar los síntomas del pectus excavatum
La dificultad respiratoria y las infecciones pulmonares suelen ser dos de los problemas más habituales en esta enfermedad.
Debido a la malformación torácica que existe, los pulmones se encuentran atrapados por el esternón y las costillas. Esto hace que no puedan expandirse y que haya zonas en las que la ventilación no se realice correctamente.
A esto se le suma, que al tener una postura deficiente se reduce la movilidad de la caja torácica en general y se produce una mayor deformidad estética (escoliosis).
En estos casos, con la fisioterapia respiratoria lo que buscamos es:
1.- Expandir los pulmones para que les llegue la mayor cantidad de aire posible.
Y para ello, le enseñamos a trabajar técnicas de respiración con diferentes dispositivos, como son el ambú, el inspirómetro de incentivo o las ventilaciones dirigidas, para conseguir redistribuir el aire y hacer que llegue a aquellas zonas con falta de ventilación.
Con estas técnicas conseguimos mejorar la oxigenación y reducir el cansancio a la hora de realizar actividad física que requiere esfuerzo.
2.- Realizar ejercicios de estiramiento selectivo para mejorar la movilidad torácica y prevenir mayores deformidades.
Practicar estos ejercicios le van a permitir estirar el pecho para que el cartílago adjunto al esternón y las costillas, se adapten y se consiga una postura más erguida, y unos hombros menos caídos.
Con fisioterapia respiratoria no es posible eliminar la malformación que tiene en el pecho, pero si sigue las pautas del fisioterapeuta y cumple con el tratamiento marcado, empezará a notar mejoría física, a comprobar cómo su dificultad respiratoria disminuye, y verá cómo su control postural es mucho mejor.
Pero además, todo esto va a repercutir en su estado de ánimo, algo muy importante sobre todo en niños y adolescentes que esta situación suele derivar en complejos y aislamiento social.
Si quiere que evaluemos su caso para poder determinar qué tipo de técnicas y ejercicios son los que mejor pueden ayudarle a Ud. o a su hijo a mejorar su condición física, puede solicitar una cita con uno de nuestros fisioterapeutas respiratorios aquí.
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Marta Godín Vivancos
- Graduada en Fisioterapia por la Universidad Pontificia de Comillas, nº colegiada 010328.
- Máster en Fisioterapia Respiratoria en IACES.
- Experta en Fisioterapia respiratoria pediátrica en la Universidad La Salle.
- Formación en Terapias Respiratorias a Domicilio TRDs por la Sociedad Española d Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR)
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