¿Qué tipo de respiración es la más adecuada para reducir la fatiga si tengo EPOC?
¿Qué tipo de respiración es la más adecuada para reducir la fatiga si tengo EPOC?
Las personas que no padecen una enfermedad pulmonar, no piensan qué tipo de respiración están realizando a la hora de hacer las tareas diarias y practicar ejercicio. Respiran sin más. Sin embargo, una persona con EPOC, mide cada paso que da, y actividad que realiza, porque la sensación de ahogo, es constante. Por eso, hay un tipo de respiración, que bien ejecutada, ayuda a reducir ese síntoma.
Si hay algo que caracteriza a esta enfermedad respiratoria es la disnea. Es una sensación subjetiva de falta aire que percibe y expresa la persona que la padece, fundamentalmente en situaciones de esfuerzo físico.
La mayoría de los pacientes con EPOC que tratamos, nos comentan que uno de los mayores retos a los que se enfrentan diariamente, es la realización de actividades tan sencillas, como: hacer las tareas del hogar, asearse, o el simple hecho de caminar o subir rampas y escaleras.
Para ellos, supone un gran esfuerzo, y a eso se le une, la falta de aliento continuo.
Pero, ¿por qué me ahogo cuando realizo cualquier tipo de actividad física?
Muy sencillo, porque no controla su respiración.
Lo que le ocurre es que cuando hace un esfuerzo, tiende a incrementar el volumen de aire inspirado y disminuir el tiempo espiratorio, es decir, coge más aire, del que luego suelta.
Como consecuencia, con cada inhalación, va quedando algo de aire atrapado en sus pulmones, y eso hace que le resulte difícil disminuirlo por debajo de la capacidad residual funcional.
A raíz de esta situación, empiezan a producirse una serie de alteraciones en su mecánica respiratoria.
Como tiene aire retenido en sus pulmones, los músculos encargados de la respiración se tensionan, y recurren a la musculatura accesoria del cuello, para vencer la resistencia de la vía aérea, y seguir metiendo aire en los pulmones.
En es momento, como compensación, empieza a respirar por la boca (patrón respiratorio boca-boca), y esto hace que su respiración se descontrole y termine en el jadeo.
Como consecuencia, realiza un mayor consumo de energía en la respiración, un mayor trabajo de la musculatura inspiratoria y sensación de disnea en las actividades que suponen algo de esfuerzo físico.
Aprender la técnica de respiración costal le ayudará a reducir su disnea
Tratar la disnea en los esfuerzos físicos forma parte del tratamiento en paciente EPOC.
Por eso, uno de los objetivos de los programas de fisioterapia respiratoria es enseñarle a respirar correctamente durante la práctica de actividad física para:
- Conseguir una correcta mecánica ventilatoria
- Prevenir alteraciones respiratorias
- Disminuir la sensación de ahogo y fatiga
Lo primero que tiene que tener claro, es que, a la hora de realizar un esfuerzo, debe llevar un control respiratorio. En estos casos, la respiración ideal es la costal o superior, es decir, la que se centra en la parte superior del tórax.
¿Por qué esta respiración es la más recomendada a la hora de hacer ejercicio?
Pues porque aumenta la capacidad respiratoria, favorece un mejor trabajo de los músculos inspiratorios y mejora la eficacia de la respiración.
Practicarla es algo sencillo.
Tome aire y diríjalo hacia el pecho, al mismo tiempo que este sale hacia fuera, y suéltelo al mismo tiempo que el pecho se relaja y vuelve hacia dentro.
La respiración costal debe acompañarse de un patrón respiratorio nariz- boca, de tal manera que la inspiración se haga por la nariz, ya que es la estructura encargada de introducir el aire en los pulmones para calentarlo, filtrarlo y humedecerlo; y la espiración por la boca.
Para prevenir que entren en juego los músculos accesorios de la respiración (musculatura del cuello), debe relajar sus hombros y procurar soltar todo el aire que coge.
Para llegar a dominar esta respiración y que sea una respuesta automática del organismo, debe practicarla todos los días.
Empiece primero sentado, sintiendo su respiración y fijándose que el aire se dirige hacia el pecho sin que sus hombros suban en exceso. Una vez que la controle debe ir incluyéndola poco a poco en las actividades de la vida diaria.
Sabemos que combinar respiración con la actividad suele costar un poco, pero no se preocupe, si todos los días lo practica, al final le saldrá de forma natural y no tendrá que pensar cuándo tiene que inspirar y cuándo espirar.
Aún así, si necesita ayuda, quiere que comprobemos si la está ejecutando bien y además le gustaría aprender alguna técnica más que le ayude a mejorar los síntomas de su enfermedad, puede solicitar una cita con un fisioterapeuta de nuestro equipo, aquí.
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Marta Godín Vivancos
- Graduada en Fisioterapia por la Universidad Pontificia de Comillas, nº colegiada 010328.
- Máster en Fisioterapia Respiratoria en IACES.
- Experta en Fisioterapia respiratoria pediátrica en la Universidad La Salle.
- Formación en Terapias Respiratorias a Domicilio TRDs por la Sociedad Española d Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR)
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Comentarios
La respiración costal le ayudará a realizar las actividades físicas s que requieren más esfuerzo, sin cansarse tanto.
La respiración diafragmática es ideal para esos momentos de fatiga respiratoria o disnea, cuando los pulmones necesitan oxígeno para recuperarse y volver a la calma.
También es una buena opción para relajarse en momentos de angustia o nerviosismo.