Pautas para ayudarle a afrontar sin miedo sus viajes, si tiene EPOC

Llega el verano y con él las deseadas vacaciones. Playa o montaña, uno no sabe muchas veces qué destino elegir. Sin embargo, si padece una enfermedad pulmonar crónica, la cosa cambia. La idea de tener que viajar, cambiar de lugar, de clima o coger un avión, sabemos que le provoca en muchas ocasiones ansiedad, nerviosismo y angustia, ¿verdad?

No se preocupe, es normal, seguramente sienta que su enfermedad le limita mucho y que no es capaz de realizar determinadas actividades. Tiene miedo a viajar y prefiere no salir.

Tener EPOC no implica que tenga que renunciar a realizar actividades de ocio o a viajar. Puede hacerlo sin ningún problema.

A muchos de nuestros pacientes les agobia viajar por lo que les pueda pasar, o por si no tienen la medicación en el sitio donde van, o por si sufren una recaída. Éstas son las recomendaciones que solemos darles para que afronten su viaje más tranquilo y sin tanta ansiedad:

Planificar, planificar y planificar

Si realiza los preparativos con antelación, podrá solventar cualquier imprevisto que pueda surgirle, y no sentir tanto desasosiego.

Mejor elegir lugares cálidos, sin mucha humedad

A la hora de decidirse por un destino u otro, tenga en cuenta el clima, intente evitar las temperaturas extremas (ni demasiado frio, ni demasiado calor) y las zonas de excesiva humedad.

Evite también los lugares que superan los 1.500 metros de altura, para que la altitud no le provoque problemas de oxigenación.

Los destinos con terrenos planos, a nivel del mar, son los más asequibles y recomendados.

Pida a su médico un informe sobre su estado de salud

Cuando vaya a consulta, pídale a su médico si puede hacerle un informe actualizado, junto con el listado de toda la medicación que toma. Llévelo consigo durante el viaje como parte de su documentación.

Ajustar la medicación a las necesidades del momento

Comente el viaje con su médico, él le va a decir si está en condiciones de realizarlo y cuáles son sus necesidades médicas. Por ejemplo, si necesita alguna medicación adicional o si debe ajustar las dosis de sus fármacos.

Lleve todos sus medicamentos en cantidad suficiente para todo el viaje.

Gestione y organice su tratamiento de oxigenoterapia

Si tiene pautado oxigeno domiciliario, contacte con la empresa que se lo suministra. Coménteles su plan de viaje y la posibilidad de que puedan facilitarle un aparato en el lugar de destino.

Si precisa oxígeno portátil, compruebe que su aparato está preparado, en buenas condiciones y que tiene autonomía suficiente para dos horas más de la duración del viaje que ha planificado.

En caso de viajes de larga duración, lleve preparadas baterías cargadas de repuesto.

Adapte su viaje en función del transporte

En avión

Si viaja en avión debe avisar a la compañía aérea y comentarles que necesita oxígeno durante el vuelo.

Las políticas de uso de oxígeno durante el vuelo pueden variar de una compañía a otra. Planifique con tiempo y contacte con ellos para saber qué trámites son necesarios y los costos que pueda generarle.

Aporte a la aerolínea una valoración e informe del médico donde se especifiquen sus necesidades.

En coche

Si viaja en coche, no deje que nadie fume en el interior del vehículo y planifique alguna parada para descansar. Lo ideal es cada 2 horas para estirar las piernas.

En tren

Evite llevar equipaje pesado. Planifique también con tiempo su viaje y póngase en contacto con la compañía para ver qué tipo de servicios pueden ofrecerle en función de sus necesidades.

Puede solicitar una silla de ruedas para facilitar su desplazamiento por la estación.

Nuevos aires, mejor estado de ánimo

Como ve, la clave está en hacer una buena planificación que le permita tener todo controlado en caso de que pueda surgir algún imprevisto.

Si su médico considera que no hay problema en que viaje, y ya tiene contemplado todo lo que podría necesitar en ese desplazamiento, no lo dude, hágalo, estamos convencidos que le sentará muy bien el cambio.

Cambiar de entorno le ayudará a tener otra actitud, más energía, más ganas de hacer cosas. Aproveche para pasear, hacer ejercicio en horas donde no haga mucho calor y a practicar los ejercicios respiratorios que ha aprendido en el programa de fisioterapia respiratoria, como, por ejemplo, la respiración diafragmática.

Ya sabe que esta técnica puede realizarla siempre que quiera, en cualquier lugar y que le ayudará a relajarse si en un momento determinado empieza a sentir que se agobia y que le falta el aire.

Bueno, ¿nos vamos de viaje?

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  Marta Godín Vivancos
  • Graduada en Fisioterapia por la Universidad Pontificia de Comillas, nº colegiada 010328.
  • Máster en Fisioterapia Respiratoria en IACES.
  • Experta en Fisioterapia respiratoria pediátrica en la Universidad La Salle.
  • Formación en Terapias Respiratorias a Domicilio TRDs por la Sociedad Española d Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR)

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