Agudización en la EPOC: síntomas, causas y tratamientos
Agudización en la EPOC: síntomas, causas y tratamientos
La agudización es un acontecimiento frecuente en el curso natural de la EPOC, siendo el motivo más reiterado de visita al médico e ingresos hospitalarios, convirtiéndose en una causa importante de mortalidad.
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) se caracteriza por una limitación al flujo aéreo debida a una obstrucción persistente y progresiva de la vía aérea. En ocasiones, el estado del enfermo de EPOC puede verse afectado por una agudización de la enfermedad, caracterizada por un empeoramiento de la situación clínica del paciente donde los síntomas habituales se agravan más allá de sus variaciones diarias, afectando a su evolución y pronóstico.
Un 4% de los europeos acuden a consulta cada año por exacerbaciones respiratorias; de estas consultas, un 20% son pacientes con EPOC. De los pacientes hospitalizados por agudización respiratoria en EPOC, fallecen en torno al 14%.
Por este motivo, la agudización en el EPOC es un problema de salud pública que merece de nuestra atención y tratamiento, con el fin de mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
¿Cuáles son los síntomas de una agudización?
Los síntomas respiratorios más comunes referidos por un paciente EPOC agudizado son:
- Incremento de la sensación de disnea
- Escasa tolerancia al esfuerzo físico
- Tos exagerada
- Aumento de la producción de secreciones
- Cambio en la coloración de las flemas. Este dato puede ser un dato indicativo del inicio de una agudización pasando de ser blancas a tener un color amarillo-verdoso.
La exploración física del paciente también puede ofrecernos información acerca de la complicación respiratoria, destacando el uso de la musculatura accesoria de la respiración, la auscultación de ruidos y pitidos torácicos o la aparición de hinchazón en las piernas.
¿Por qué se produce la agudización de la EPOC?
Entre los motivos que pueden llevar a desencadenar una agudización de la enfermedad, la infección respiratoria tanto vírica como bacteriana supone la causa más importante, pero no es la única. La contaminación atmosférica, la exposición a polvos, vapores y humos, el déficit nutricional o el abandono de la medicación son factores que pueden facilitar o agravar la exacerbación respiratoria.
Ante la confirmación una agudización respiratoria e identificación de su causa, debemos valorar el nivel de gravedad para poner en marcha el tratamiento más adecuado y así evitar posibles complicaciones respiratorias.
Tipos de agudización
En una agudización leve o moderada, el tratamiento se realiza en el ámbito extrahospitalario. La primera medida terapéutica que se lleva a cabo es aumentar la dosis de los broncodilatadores ya pautados, combinado en la mayoría de los casos con corticoides orales, para disminuir la inflamación y dilatar la vía aérea facilitando así el paso del aire. En el tratamiento farmacológico se incluirá la administración de antibióticos en caso de que la causa sea infecciosa, tanto vírica como bacteriana.
En segundo lugar, se debe tratar la obstrucción bronquial ocasionada por el aumento en la producción y acumulo de mucosidad. Para ello se trabaja la fisioterapia respiratoria, que incluye: técnicas espiratorias lentas para despegar y desplazar el moco, tos dirigida para expectorarlo y técnicas de reeducación del patrón respiratorio para un correcto uso de la musculatura respiratoria.
En caso de una agudización severa, el paciente precisa de hospitalización, donde se le estabilizará a nivel respiratorio con tratamientos más intensos como fármacos más potentes, oxigenoterapia o ventilación mecánica, todo ello bajo la supervisión médica.
La intensidad y duración de una agudización varía de un paciente a otro, va a depender de su gravedad y respuesta a los tratamientos, siendo el tiempo medio de recuperación de 2 a 4 semanas.
Un estudio liderado por Investigadoras del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), ha mostrado que las exacerbaciones moderadas y graves en pacientes con EPOC se asocian con una disminución en su nivel de actividad física.
"Los pacientes con exacerbaciones frecuentes constituyen un fenotipo de enfermedad específico con un peor pronóstico, específicamente una pérdida más rápida de la función pulmonar, un mayor empeoramiento del estado de salud y una reducción sustancial en la cantidad de actividad física". Así lo explica Judith García-Aymerich, Investigadora de IsGlobal.
Rehabilitación respiratoria desde el propio hospital
Aumentar la actividad física combinándola con un programa de rehablitación pulmonar tras haber sufrido una exacerbación, ayuda a prevenir y disminuir el porcentaje de agudizaciones en EPOC.
Marta Godín Vivancos
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